La inestabilidad política de Italia y sus consecuencias futuras

Está llegando fin de año y resulta casi imposible no hacer una reflexión sobre el recorrido de la política italiana durante todo el 2010. La primera sensación que se viene en mente se puede resumir en una sola palabra: inestabilidad. Dicha inestabilidad se mostró durante todo el 2010, el surgimiento de diferencias internas dentro de la coalición gobernante, los escándalos personales del primer ministro Silvio Berlusconi, las grandes dificultades ocasionadas por una delicada situación económica, la ausencia de reformas estructurales en los aspectos institucionales, la falta de consensos generalizados con la oposición sobre políticas de estado, hicieron de Italia un país con una fuerte inestabilidad y siempre al borde “ del derrumbe”.
Este peligro de “derrumbe” y la falta de certezas hicieron “cuesta arriba” todo intento de superación de la severa crisis que afecta no sólo a Italia sino a todo el continente Europeo. Pero, las preguntas que nos deberíamos hacer son las siguientes: ¿Está cerca Italia de salir de semejante crisis?, ¿Cuenta el país con una clase dirigente capacitada para asumir el liderazgo?, ¿Existe la voluntad política de realizar las reformas que la nación necesita?. Sin duda que las repuestas a todos estos interrogantes se encuentran en la actual dinámica política. Es en esta dinámica donde se encuentran los gérmenes para un renacer o para una caída mayor.
Italia necesita de manera urgente cambios profundos que sirvan para impulsar una nueva matriz política-económica que saque al país de este proceso de decadencia. Obviamente no se puede hacer de un día para el otro, ni mucho menos dependerá de un solo hombre (caudillo iluminado). Creo que es fundamental la generación de una conciencia colectiva pública que fije una agenda política más allá de los intereses personales y sectoriales propios de una clase política que cada día se vuelve más ajena a las necesidades de los ciudadanos. En síntesis, recuperar el dinamismo de una Sociedad Civil que sea protagonista del proceso político. Es fundamental una reforma política que asegure la generación de una nueva clase dirigente con ideas renovadoras y que no repita los viejos vicios de los que están. Se trata entonces de una renovación necesaria y fundamental en todos los estamentos de la política que involucren a la mayor cantidad de ciudadanos interesados.
La construcción de una nueva matriz política implica un cambio radical en la concepción de poder. Se pasaría desde una lógica personalista a una fundada en los programas y lineamientos ideológicos. Ya no sirve “el gran empresario” que hace política, sino un polo político firme, con convicciones y líneas de acción concretas que definan su propia identidad.

LA AGENDA POLITICA PARA EL 2011

Los organismos de Representación de los Italianos en el exterior: Debería ser primordial una reforma de los organismos de representación como ser el COMITES y CGIE que les otorgue un nuevo dinamismo, una mayor autarquía y un mejor grado de representación de la Sociedad Civil.
Reforma Electoral-Voto de los italianos en el exterior: La discusión no sólo del sistema electoral sino de las modalidades de voto, en particular para los italianos en el exterior. La existencia de irregularidades es inadmisible en el siglo XXI.
El problema de la desocupación: El índice de desocupación en Italia subió de 8,8% de la población activa en marzo a 8,9% en abril, un récord desde el cuarto trimestre de 2001, según una estimación provisoria de la agencia oficial Istat, publicada este martes,
En abril, había en Italia 2,22 millones de personas en busca de trabajo, con un incremento de 21.000 respecto a marzo y de 372.000 respecto a abril de 2009, cuando la tasa de desocupación era de 7,4% de la población activa. La tasa actual, de 8,9%, es la más elevada desde el último trimestre de 2001. Es importante la tasa de desocupación juvenil que es del 24,6 % con una fuerte tendencia al aumento del trabajo en negro.
Inestabilidad Política: Con la división entre el FLI y el PDL hay muchos analistas que ven el final del intento de bipolarismo. Sin embargo, resulta más que evidente que con una mayor fragmentación de los partidos políticos y su consecuente atomización del voto harían casi imposible que una fuerza política sola pueda gobernar y tener estabilidad. Se hace imprescindible un reacomodamiento de las fuerza políticas y la conformación de un esquema político que lejos generar dispersión establezca las bases solidas para generar estabilidad y gobernabilidad.
La oposición UDC, PD y otras fuerzas deberán generar una nueva dirigencia que movilice y motive a la ciudadanía. Quizás la conformación de un tercer polo ayude a consolidar un esquema de tres polos: derecha-centro-izquierda.
Integración social: Según estudios estadísticos hacia fines 2009 la población de Italia era 60.340.328 residentes. El incremento al debió al saldo del movimiento migratorio (+318.066 personas) La población extrajera total es de 4.235.059 y representa, el 7% de la población total.
Estos números reflejan la realidad social de una Italia que cambia cada año, las políticas de integración se hace cada vez necesarias. Obviamente que toda esta situación genera importantes cambios sociales con sus respectivas y complejas problemáticas. Una manera de reducir el impacto social que acarrean tales cambios es considerar a la extensa comunidad de italianos en el exterior.

CONCLUSIONES

La situación actual de Italia requiere importantes medidas, pero sobre todo que sean medidas tendientes a favorecer una nueva “oleada” democrática, “un cambio de aire” que favorezca la aparición de dirigentes acordes las complejidades actuales. Este nuevo proceso de democratización requiere que emerjan modalidades de liderazgos y de conducción diferentes a los actuales.
Con respecto a los italianos en el exterior, todos sabemos la evolución que está teniendo la colectividad, los cambios biológicos y el peso cada vez mayor de las nuevas generaciones. Con el voto en de los italianos en el exterior se hace necesario una mayor atención y la formulación de políticas de estado.
El futuro próximo de Italia dependerá de cómo sea la actual dinámica política, dependerá no sólo de la virtud de una clase dirigente política que, en muchos casos, está lejos de interpretar las demandas sociales. Pero también, la misma Sociedad Civil italiana tiene que asumir un rol preponderante, muchas veces las crisis despiertan nuevas posibilidades. Esperemos que todos los italianos sepamos descubrirlas.

Dott. Leonardo Dino Olivieri